Las instalaciones son muy bonitas, con atención a cada detalle y un panorama envidiable. El personal es atento y cortés, dispuesto a satisfacer todas las peticiones de los clientes. El parque exterior es realmente encantador y con la piscina, crean un ambiente muy sugerente.
Los propietarios, fueron muy atentos a la hora de recomendarnos clubes, playas y actividades, tanto cercanas como en el resto de la isla, que podían hacer a nuestro caso. La única nota, que no calificaría de negativa, es la carretera para llegar a la estructura, ya que es muy estrecha (como todas las demás carreteras de la isla): el problema se puede solucionar utilizando el servicio gratuito de lanzadera para llegar a los destinos de los alrededores. Muy recomendable.

Magia y Relajación
Tengo ganas de escribir mientras estamos todavía aquí, dejando en un par de horas para presenciar la belleza, la armonía que este fantástico lugar posee aquí en Ischia.
Aquí se vive en una colina rodeada de un maravilloso jardín con vistas al mar con impresionantes puestas de sol.
Mimado por una fantástica bienvenida, todo extremadamente organizado, limpio y funcional.
Servicio de transporte perfecto, con las termas más bonitas de Europa, las de Poseidón, a 10 minutos.

Volveremos sin duda

Amable, profesional, serio, competente … una estancia perfecta no sólo gracias a la vista de esta estructura que es munitoria de un pequeño jardín de la que se derivan los ingredientes para platos excelentes, sino también gracias a su enfoque a los turistas siempre atento y sorprendente.

Gran lugar para pasar una semana de relax o un par de días. A pesar de la masificación de la isla, nos quedamos fuera del bullicio en este encantador lugar con todas las comodidades. El lugar es tranquilo, muy bien poblado por parejas en su mayoría en busca de paz y relajación. El personal era muy acogedor y estaba dispuesto a satisfacer todas las necesidades. El desayuno era muy bueno, con una amplia selección de tartas y pasteles caseros. El inconveniente de la tranquilidad es la escasa accesibilidad sin vehículo propio, que obliga a depender del servicio de lanzadera que ofrece el hotel y a perder así parte de la independencia.